DECIMOQUINTA ENTRADA - ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD SINDROME DE DOWN
Entre todas las "discapacidades" que hemos visto en clase he decidido la de Sindrome de Down, ya que es lo que he tenido mas cercano más en mi vida teniendo como compañeros varias personas con esta "discapacidad" mi reflexión pues es la siguiente:
¿Qué actividades son las mejores para trabajar con él en el aula? A día de hoy, todavía se siguen planteando cuestiones sobre la viabilidad de la inclusión del alumnado SD. Pues bien: un niño con síndrome de Down puede desarrollar todos sus potenciales dentro de centros ordinarios y convertirse en un modelo de esfuerzo y trabajo para el resto de sus compañeros de clase. El papel del educador —siempre que cuente con formación en Necesidades Educativas Especiales— es, sin lugar a dudas, fundamental para la inclusión de estos alumnos. Un profesional cualificado está preparado para entender cómo aprenden estos niños, detectar sus competencias fuertes y elegir aquellas estrategias didácticas que permitan sacar el mayor provecho de su trabajo diario en el aula.
Los rasgos físicos en niños con trisomía en el par 21 suelen ser muy parecidos, incluso reconocibles. Sin embargo, el desarrollo cognitivo y sus competencias perceptivas, lingüísticas o sociales son muy diferentes de un niño a otro, a pesar de que tengan la misma edad. Además, las variables ambientales —como el entorno en el que ha crecido o la estimulación que ha recibido en sus primeros meses de vida— marcan claras diferencias.
Por lo tanto, un buen consejo a la hora de trabajar con estos alumnos es obviar los estereotipos para poder ofrecerles una respuesta educativa coherente con las necesidades y la personalidad de cada caso. No obstante, y siempre sin olvidar este precepto, aquí se presentan algunas estrategias y actividades de aula acordes con las NEE más comunes de este alumnado.
Los niños con síndrome de Down son muy capaces de aprender, aunque su ritmo de aprendizaje suele ser más lento. Su capacidad de atención y memoria también son menores. Para superar estos déficits están las clases de refuerzo individual con el especialista. ¿Qué puede aportarle el maestro en el aula ordinaria? Mucho.
En primer lugar, es importante que le haga partícipe de las actividades. Utilizar técnicas de repaso, por ejemplo, ayudan también a asentar los conocimientos. Y para que le resulte más fácil comprender los contenidos de una materia, conviene que el maestro descomponga la información en niveles intermedios y en grados de dificultad. Los alumnos SD, en general, son buenos observadores. Si esta información se presenta por pictogramas, dibujos o vídeos, retendrán mejor los conceptos claves y las instrucciones que componen la tarea. Es habitual que estos niños se cansen o pierdan la atención rápidamente, así que conviene programar actividades en el aula breves y de contenido variado.
¿Qué actividades son las mejores para trabajar con él en el aula? A día de hoy, todavía se siguen planteando cuestiones sobre la viabilidad de la inclusión del alumnado SD. Pues bien: un niño con síndrome de Down puede desarrollar todos sus potenciales dentro de centros ordinarios y convertirse en un modelo de esfuerzo y trabajo para el resto de sus compañeros de clase. El papel del educador —siempre que cuente con formación en Necesidades Educativas Especiales— es, sin lugar a dudas, fundamental para la inclusión de estos alumnos. Un profesional cualificado está preparado para entender cómo aprenden estos niños, detectar sus competencias fuertes y elegir aquellas estrategias didácticas que permitan sacar el mayor provecho de su trabajo diario en el aula.
Los rasgos físicos en niños con trisomía en el par 21 suelen ser muy parecidos, incluso reconocibles. Sin embargo, el desarrollo cognitivo y sus competencias perceptivas, lingüísticas o sociales son muy diferentes de un niño a otro, a pesar de que tengan la misma edad. Además, las variables ambientales —como el entorno en el que ha crecido o la estimulación que ha recibido en sus primeros meses de vida— marcan claras diferencias.
Por lo tanto, un buen consejo a la hora de trabajar con estos alumnos es obviar los estereotipos para poder ofrecerles una respuesta educativa coherente con las necesidades y la personalidad de cada caso. No obstante, y siempre sin olvidar este precepto, aquí se presentan algunas estrategias y actividades de aula acordes con las NEE más comunes de este alumnado.
Los niños con síndrome de Down son muy capaces de aprender, aunque su ritmo de aprendizaje suele ser más lento. Su capacidad de atención y memoria también son menores. Para superar estos déficits están las clases de refuerzo individual con el especialista. ¿Qué puede aportarle el maestro en el aula ordinaria? Mucho.
En primer lugar, es importante que le haga partícipe de las actividades. Utilizar técnicas de repaso, por ejemplo, ayudan también a asentar los conocimientos. Y para que le resulte más fácil comprender los contenidos de una materia, conviene que el maestro descomponga la información en niveles intermedios y en grados de dificultad. Los alumnos SD, en general, son buenos observadores. Si esta información se presenta por pictogramas, dibujos o vídeos, retendrán mejor los conceptos claves y las instrucciones que componen la tarea. Es habitual que estos niños se cansen o pierdan la atención rápidamente, así que conviene programar actividades en el aula breves y de contenido variado.
Y esta es mi pequeña reflexión sobre este tema, hasta otra!!1
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